Le BEATITUDINI FONDAMENTALE RIFERIMENTO della CULTURA dell’OCCIDENTE. “La Storia dell’Occidente e dell’Europa si presta a molte letture”. Ecco quella della prospettiva della Comunicazione Sociale, volta a contribuire ad identificare l’identità occidentale.
LAS BIENAVENTURANZAS EN LA CONFIGURACIÓN DE OCCIDENTE .
Un proceso de integración de valores visto desde la Historia de la Comunicación
©Jesús Timoteo Álvarez, Ingrid Schulze. Septiembre 2018.
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A partire da oggi pubblichiamo un “saggio breve” in lingua spagnola di Jesús Timoteo Álvarez e Ingrid Schulze. Lo abbiamo suddiviso in tre parti: la prima in pubblicazione oggi, per proseguire nei prossimi giorni con le altre due.
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Resumen/Abstract
La Historia de Occidente y de Europa tiene muchas lecturas. Desde una perspectiva poco o nada utilizada, la de la Comunicación Social, queremos identificar la identidad occidental, los factores que la han hecho propia y diferente de otras, su espíritu corporativo, los principios que consolidan su propia existencia y que han sido transmitidos generación a generación. Tomamos como referencia de esa acumulación de factores elementales un paquete de valores primigenios recogidos en uno de los textos sagrados fundacionales de nuestro modo de ser, el Sermón de la Montaña.
En ese cuadro metodológico encontramos hasta cuatro estratos o estadios que se han ido sumando y ajustando en una evolución que arranca de lo sagrado, evoluciona a lo laico y culmina en el uso comercial. El primer estrato lo definimos como “Virtudes Heroicas” y acumula los principios proféticos de constitución de la sociedad primigenia como son la misericordia o el anhelo de justicia. El segundo estrato lo definimos como “Derechos Humanos” y supone por una parte la laicización de las virtudes originales que pasan a ser decoro de los Príncipes (la misericordia por ejemplo deriva en caridad) y por otra parte la sacralización (“teologización”) de valores esenciales como la dignidad humana y la libertad individual. El tercer estrato que definimos como “Derechos Políticos” transforma en principios legales y obligatorios (Libertad, Igualdad y Fraternidad) los fundamentos sagrados y laicos de los anteriores estadios y consagra como anteriores a cualquier ley civil otros valores como la solidaridad o el humanismo. El cuarto estadio que definimos como “Valores Diluidos” explica la universalización cuantitativa (alcanza a animales, plantas y otros) más que territorial del alma de Occidente y el uso comercial y político a la carta, según gustos casi individuales, de todos ellos. Es así como un viejo principio moral como la misericordia acumula en los siglos, sin renunciar a ninguno de sus sentidos, elementos como la caridad, la fraternidad, la solidaridad hasta el buenismo y, al final, los movimientos de defensa de los animales o las cadenas de venta de productos indigenistas.
Todo eso es Occidente visto desde el comportamiento identitario que la Comunicación Social ha ido estableciendo a lo largo de los siglos.
1º. Proposición.
La Historia en general ha leído la evolución de las sociedades desde perspectivas muy dispares incluidas naturalmente las Ciencias Sociales. El Derecho, la Política y sus derivadas de conflictos y guerras, la Administración, el Arte, el Pensamiento y las Ideas, etc. son frecuente línea de análisis historiografico. Pero esto no sucede con la Comunicación Social y su Historia, aunque se trate de un factor presente por doquier desde los mismos orígenes. Se ha trabajado bastante en las últimas décadas sobre historias parciales referidas a historia del periodismo, de la imprenta, del cine, de la propaganda, de los medios, etc., pero siempre con una perspectiva parcial, instrumental y normalmente muy local.
No se ha tenido mucho en cuenta que la Comunicación Social se propone y posiciona como elemento primigenio en la configuración de las sociedades. Desde hace ya décadas, ciencias de frontera de todo tipo, desde la geología, a la biología, a la zoología, a las neurociencias insisten y prueban el soporte físico-químico de lo no visible o de las conexiones sociales, de lo intangible y lo colectivo como elemento estructural en la constitución básica y evolución de los grupos humanos. Las ciencias naturales y en particular la física están relanzando las grandes cuestiones de la metafísica, están forzando la salida de un pensamiento único y homogeneizado que fue impuesto por las ideologías, en particular por el marxismo y el neo liberalismo, a lo largo de todo el siglo XX, están provocando la vuelta a lo sagrado y primigenio. La lingüística ha desarrollado aceptados conceptos de “inteligencia grupal” o colectiva deducidos de la idea de “inteligencia conectiva” de Derrick de Kerckhove. La biología ha desarrollado y estudiado la “inteligencia múltiple” e “inteligencia distribuida” (con la que funcionan las colmenas, termiteros, bandas de pájaros o manadas de carnívoros cazadores). Desde la antropología la Profesora Sarah Hrdy propone como una clave de la evolución humana la “parentela”: la práctica de encargar a las abuelas y parientes el cuidado de los niños mientras los padres buscaban comida o seguridad; la relación niños-clan desarrolló principios de supervivencia, competencias mentales (¿memoria genética?), que la profesora posiciona en el neocortex cerebral. Edward O. Wilson, desde la sociobiología, propone la cooperación grupal (la llama “eusocialidad”) como el elemento diferenciador de la evolución humana en relación a la de los simios: la defensa del clan contra los peligros y la estrategia grupal para la caza forzaron la aparición de estructuras grupales, con diferenciación de roles y división del trabajo en los clanes humanos. En la misma línea, el filósofo de la ciencia Kim Sterelny afirma cómo el “conocimiento grupal” (de clan, de familia), sostenido por mecanismos cognitivos innatos, garantizaba un aprendizaje modular (por sectores: salud, alimentación, higiene, vestido, organización,…) que fue el que permitió la adaptación al duro ambiente en el lejano Pleistoceno; sólo el aprendizaje “grupal” hacía posible la capacidad de entender con rapidez las competencias e intenciones de los otros miembros del clan, del “grupo”, única posibilidad de organizar un comportamiento colectivo hacia un fin condividido como la defensa frente a peligros inmediatos, la organización para la caza o los modos de convivencia. Estos “conocimientos” no pueden ser adquiridos ni fijados en el curso de una generación sino transmitidos y amplificados a lo largo de siglos y plasmados con el tiempo en fórmulas que suponen los principios de lo que consideramos hoy civilización.
La sociedad humana avanza por tanto y sobrevive inventando o tratando situaciones físico-metafísicas del tipo de preguntas y respuestas sobre el dolor y la muerte, sobre el amor, el valor y los sentimientos, sobre el futuro. Cómo mitigar el dolor de un niño que ha perdido a su madre, cómo entender el porqué de la violencia, cómo explicar los usos y costumbres en cosas básicas como el comer, la enfermedad, el vestir, la higiene Todo un territorio que va poco a poco, siglo a siglo, constituyendo el entramado de la supervivencia del clan y la tribu, todo un espacio que es previo a las primeras leyes y normas, anterior a la política y a la administración. Es la identidad, el espíritu o alma del grupo y del individuo. Todo ello es el entramado originario de la Comunicación Social .
Códigos, mandamientos, listados de virtudes y vicios , plegarias, canciones, juegos, ritos, etc., reproducen la memoria del clan, su aprendizaje es un signo de identidad, su cumplimiento es garantía de fidelidad y de éxito. Richard Dawkins propone en 1976 (El gen egoísta/The Selfish Gene)) un neologismo, “meme”, en paralelismo fonético al “gen”, como la unidad básica de información en la transmisión cultural, mediante el cual tiene lugar el mantenimiento de lo aprendido de un individuo a los siguientes, de una generación a otra y en esa transmisión –evidentemente oral en los principios- se va constituyendo el relato, la tradición, la identidad, la Comunicación Social de un clan.
Desde esa perspectiva de la Comunicación Social, seguir la intelección y comprensión de esas unidades básicas de información (podemos llamarlos “memes”) que están en la base de una civilización es seguir la historia de esa civilización ofreciendo un punto de vista potencialmente nuevo.
Vamos a intentarlo aquí con uno de esos “paquetes de información” o “memes” más definidores de la cultura occidental, el “Sermón de la Montaña”, las Bienaventuranzas. Para demostrar sobre todo nuestra hipótesis de que la Comunicación Social es más que medios, más que propaganda, más que tecnología y de que los estudios históricos se pueden beneficiar de lecturas total o parcialmente novedosas aportadas por los estudios propios de esa Comunicación Social.
Una consideración previa es recordar que la evolución en Historia de la Comunicación no se produce ni por ciclos como en Economía ni por dialéctica o ruptura como en Política sino se produce por acumulación, por suma de estratos o escalones. Cada nuevo estrato se superpone al anterior sin anularlo ni destruirlo (la llegada de la televisión por ejemplo, no eliminó a la radio) sino que suma nuevas modos de hacer a las funciones básicas de la Comunicación Social que son la creación de identidad, del sentido de grupo, de valores compartidos, de control social, de justificación del poder y similares
2º. Evolución histórica de los valores de “El Sermón de la Montaña” (Mateo, 5, 3-10).
Texto. El Evangelio de San Mateo (5,3-10) dice lo siguiente: “Bienaventurados los pobres de espíritu: porque de ellos es el reino de los cielos. (Versículo 3) Bienaventurados los mansos: porque ellos poseerán la tierra. (Versículo 4) Bienaventurados los que lloran: porque ellos serán consolados. (Versículo 5) Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: porque ellos serán saciados (Versículo 6) Bienaventurados los misericordiosos: porque ellos obtendrán misericordia. (Versículo 7) Bienaventurados los limpios de corazón: porque ellos verán a Dios. (Versículo 8) Bienaventurados los pacíficos: porque ellos serán llamados hijos de Dios. (Versículo 9) Bienaventurados los que sufren persecución por la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. (Versículo 10)”.
El Sermón ha sido entendido como un texto referente del Cristianismo y ha sido trabajado fundamentalmente por teólogos y/o moralistas. Nosotros creemos que ofrece otras posibilidades. Fue sorprendente, radical, rupturista cuando Jesucristo lo lanzó y lo ha venido siendo a lo largo de toda la historia. Es llamativo presentar como código de conducta actitudes y valores como la humildad, la mansedumbre, la sensibilidad y tristeza ante los males del mundo, el afán de justicia, la misericordia, la bondad, la paz, la acción en defensa de todos esos valores. Todo ello basada en el reconocimiento de una justicia superior, natural, por encima de la ley, en el reconocimiento del amor al prójimo tanto como a uno mismo, aunque este prójimo sea enemigo, en el reconocimiento de la dependencia del hombre de una estructura o estadio superior que, naturalmente, es Dios. Ha sido a lo largo de los siglos espejo en cuyo reflejo se han mirado muchos de los grandes hombres de occidente. No es el único pero es sin duda uno de los paquetes básicos de los valores occidentales: miles de humanos han guiado sus vidas por esos principios y otros miles de humanos han sentido su no cumplimiento como una carencia, un pecado, una sensación de culpa.
La interpretación de las bienaventuranzas ha estado en manos de expertos en Sagrada Escritura y de teólogos siendo consideradas exclusivamente como un texto sagrado. Pero, además de un texto teológico o sagrado son un pilar, uno de los cimientos del modo de ser occidental. Y desde esta perspectiva su interpretación ha variado a lo largo de los siglos. Dependiendo de la percepción de cada época, de una opinión pública dominante y ortodoxa, de un consenso manufacturado con frecuencia, de un sentido laico en la mayoría de los casos.
Ateniéndonos a la cronología y épocas que la Historia de la Comunicación establece, distintas de las de la Historia Política o de la Historia Económica, consideramos que esta visión “social” de las bienaventuranzas y de su entendimiento ha atravesado al menos cuatro estadios o estratos superpuestos en los últimos dos mil años de nuestro mundo más próximo. Esos cuatro grandes estadios vienen configurados por las estrategias que la Comunicación Social ha venido utilizando en cada una de ellas para el establecimiento y construcción de las sociedades, de los comportamientos colectivos, de las relaciones e identidades, basado ello en la construcción de mayorías, de opinión favorable, de la ortodoxia, del consenso, de marketing, etc., hasta nuestros días. Las creencias, los comportamientos, las grandes decisiones políticas y humanas que Occidente ha ido estableciendo e imponiendo a los largo de los siglos han nacido y operado a la sombra siempre de esos “paquetes de conocimiento” colectivo (“memes”), de esos referentes de principios y valores de actitudes entre los que las Bienaventuranzas ocupan un puesto prioritario.
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Foto
- nel primo riquadro Il discorso della montagna, Beato Angelico, Convento San Marco, Firenze.
- nel secondo riquadro Il discorso della Montagna. Dipinto di Carl Heinrich Bloch.
[…] Timoteo Álvarez e Ingrid Schulze, per proseguire nei prossimi giorni con la terza e ultima parte. La prima parte è stata pubblicata domenica 2 settembre 2018. ———————————— […]
[…] terza e ultima parte del saggio breve di Jesús Timoteo Álvarez e Ingrid Schulze. – Prima parte: https://www.aladinpensiero.it/?p=86677 – Seconda parte: https://www.aladinpensiero.it/?p=86700. […]
[…] – Prima parte: https://www.aladinpensiero.it/?p=86677 […]